martes, 15 de julio de 2014

Cruz del Castillo desde Lagrán (senda de las carboneras)

Distancia: 6,3 km
Tiempo aprox.: 4 h
Dificultad: media

Recorrido
Perfil
A Lagrán (Álava) podemos llegar desde Logroño siguiendo el itinerario que lleva a Bernedo, atravesando el puerto de La Aldea, junto al León Dormido, tomando luego la A-126 hacia Vitoria para girar enseguida a la izquierda por la A-3130 hacia Lagrán y Peñacerrada.

En Lagrán, nada más rebasar la Plaza de la Música, en lado sur del pueblo, tomamos la primera calle por nuestra izquierda; su nombre, Laguardia bidea (camino de Laguardia), nos da ya un buen indicio del que vamos a recorrer.

El camino, asfaltado pero estrecho, deja a mano derecha el pequeño cementerio de la localidad y se adentra entre campos de cultivo, encaminándose manifiestamente hacia la sierra; cruza perpendicularmente otro camino agrícola, deja otro a mano derecha y, tras aproximadamente 1,5 km, llega a un cruce donde podemos dejar el vehículo. A partir de aquí, acaba el asfalto y comienza el camino de tierra que se adentra en el bosque.

Vamos a seguir las señales del GR-38, concretamente la etapa 2 Laguardia - Albaina, aunque ahora en sentido inverso; a las típicas señales blancas y rojas se añaden las amarillas del PR A-50 "Senda de las carboneras y ascensión al Monte Cruz del Castillo", cuya descripción puede ser descargada aquí.

Primeramente encontramos avellanos y quejigos, pero pronto dejarán paso a las hayas, dominantes sobre los helechos y el boj.


Interior del hayedo

Al cabo de un rato, ignoramos otro camino que sale por la derecha, que nos llevaría primero hasta el refugio y la fuente de San Juan, y luego a Pipaón.

Seguimos la dirección que indica Bernedo y Laguardia. En el camino que seguimos, siempre ascendente, con sucesivas revueltas dentro del magnífico, frondoso y fresco hayedo, encontramos hasta tres representaciones de las distintas fases de la elaboración del carbón vegetal.


Una de las representaciones de una carbonera

La tercera carbonera se encuentra a la altura de la fuente de Huecozabala.


Seguimos subiendo por la derecha

Llegamos a otra senda y continuamos por la derecha, subiendo hacia el oeste; enseguida, otra vez seguimos subiendo por la derecha.


Sendero dentro del hayedo

Alcanzamos el Puerto del Toro, una explanada rocosa y despejada que nos deja ver ya claramente la silueta de la Cruz del Castillo.


Puerto del Toro

Por la izquierda sigue el GR-38, que nos llevaría en fuerte descenso hasta Laguardia. Pero por la derecha, hacia el oeste, penetra en el bosque un estrecho y serpenteante sendero, que nos lleva, entre hayas, avellanos, mostajos, acebos y tejos, hacia la Cruz del Castillo.


Sendero hacia la Cruz del Castillo

La espesura se aclara en un espléndido mirador sobre La Rioja; cerca, hacia el este, Peña León, Peña Alta, el León Dormido y la Sierra de Codés.


Panorámica

Peña León en primer término

Unos metros más allá, se encuentra un colladito entre la Cruz del Castillo y el cresterío rocoso de la falsa cumbre de Palomares.


Cresta oriental de Palomares desde la Cruz del Castillo

Un senderito que trepa por la derecha nos lleva finalmente hasta la cima de la Cruz del Castillo.


En la cima de la Cruz del Castillo
Panorámica hacia el E y el NE

El regreso lo hacemos recorriendo el mismo camino en sentido inverso.



Ver Cruz del Castillo (desde Lagrán) en un mapa más grande

Desde Google Maps es posible descargar un archivo .kml del recorrido. Un archivo .gpx del mismo puede ser descargado aquí.

Sobre las carboneras

La senda de las carboneras

Del muy recomendable "Rutas y paseos por Sierras de Toloño - Kodés y Rioja alavesa", de Alfredo y Mario Ollero Ojeda (Sua Edizoak, 1993)

Así se conoce actualmente al viejo camino que lleva de Lagrán al Puerto del Toro. Además de marcar el recorrido meticulosamente, se indican las especies arbóreas de la zona y se ha reconstruido una de las mayores riquezas culturales de la Montaña Alavesa: la carbonera. Extinto ya el uso de esta industria antiquísima que producía carbón vegetal "mediante la combustión lenta de la madera con limitación del acceso de aire", tal como se expone en uno de los carteles, las sociedades culturales siguen fabricando carbón de forma testimonial en ciertas celebraciones, iniciativa interesantísima que impide el olvido de lo que constituye el mayor valor etnográfico de la comarca. Son tres las representaciones sucesivas del proceso de elaboración del carbón vegetal que podemos admirar junto al camino, desde la presentación de los materiales y herramientas necesarios hasta la obra terminada, pasando por las fases de madera apilada y el relleno sucesivo de abajo a arriba con boj, musgo y tierra. Por otra parte, la rehabilitación de este camino rinde tributo a su notable importancia. Se trata del principal paso que hubo en la sierra hasta finales del siglo XVIII, empleado para el comercio de carbón, patatas, cal y pescado procedente de los puertos del Cantábrico a cambio del vino y el aceite riojanos. Pero la magnitud que empezó a cobrar la exportación de los vinos riojanos exigía la búsqueda de un itinerario más cómodo. Así pues, los viajes comerciales siguieron cada vez más el Camino Real, que salvaba las montañas en las Conchas de Haro, lugar éste en que se unían las dos arterias que surcaban las Riojas Alta y Alavesa, llevando su precioso cargamento de excelente vino a las tierras del Norte.


Las carboneras de Ledesma de la Cogolla (La Rioja)

viernes, 13 de junio de 2014

Toloño (desde el puerto de Ribas de Tereso)

Distancia: 10 km
Tiempo aprox.: 4 h
Dificultad: media

Recorrido
Perfil

Desde Ribas (o Rivas) de Tereso, aldea de San Vicente de la Sonsierra, seguimos por la carretera LR-316 en dirección al Puerto de Peñacerrada durante unos 5,5 km. Pocos metros antes de llegar al límite entre La Rioja y Euskadi, encontramos a mano derecha una explanada, justo donde una señal de tráfico nos indica que comienza un tramo de 2 km de curvas peligrosas; aquí podemos dejar el coche.

Comienzo de la ruta
Unos 200 m más adelante, superado el puerto y ya en territorio del País Vasco, tomamos una pista que asciende a mano izquierda, siguiendo la dirección "Ermita de Toloño"que señala un poste indicador (no la de "Sendero de la Ermita de Toloño"). Nos acompañan hayas, avellanos, espinos albares, también algunos mostajos, quejigos y enebros.

Peñacerrada/Urizaharra y Payueta/Pagoeta
A nuestra derecha damos vista a Peñacerrada / Urizaharra y Payueta / Pagoeta. Frente a nosotros, a la izquierda de la pista, se yergue majestuosa la mole de Peña Colorada.


Peña Colorada en otoño (foto: José Ramón Alesanco)
Puerto de Pagoeta

Antes de 1 km llegamos a una zona abierta, el puerto de Pagoeta. Cruzamos una valla y unos pocos metros después podemos abandonar la pista para tomar por la izquierda una empinada sendita entre pinos que nos permite atajar unas revueltas de la pista, a la que saldremos de nuevo en una curva (para la vuelta, nos fijamos en las piedras que marcan la entrada a la senda).

De vuelta en la pista, continuamos de frente el ascenso, todavía entre pinos, aunque pronto la pista se interna en el hayedo. Unos 500 m después, encontramos un poste con varias indicaciones, dos de las cuales nos señalan el camino a Toloño, bien siguiendo de frente por la misma pista (que acabará llevándonos a los prados de Ortada, como veremos), bien por una senda que asciende por la izquierda, que es la que elegimos seguir.

Dejamos la pista para tomar la senda que sube por la izquierda
El hayedo al inicio del invierno (foto: José Ramón Alesanco)

Unos 400 m después, la senda hace un fuerte giro a la izquierda y se empina; tras otros 300 m, la senda sale a una zona abierta, herbosa, con algún haya dispersa; desde aquí, seguimos unas rodadas que suben por nuestra izquierda en dirección a la cumbre rocosa del Toloño, que ya divisamos a lo lejos.

¡Ya se ve el Toloño a lo lejos!

Apenas 200 m después, nos desviamos por la izquierda, siguiendo una sendita marcada por algunos montoncitos de piedra y por señales de pintura verde en algún haya, que nos indican Toloño.

Atentos a las señales en los árboles y en las piedras


Curiosa roca en medio del hayedo (foto: José Ramón Alesanco)
Seguimos cómodamente entre hayas y dejamos pronto a nuestra derecha un prado bajo el hayedo que ocupa la cara norte del Toloño.

Hayedo y prados en la cara norte del Toloño
Subiendo por el hayedo

La senda se empina más tarde, primero aún dentro del hayedo, pero luego en una zona más abierta donde predomina el boj. Vamos siguiendo una senda marcada con sucesivos montoncitos de piedras, en dirección oeste, hacia la alineación rocosa que configura la cumbre.

Primeras vistas hacia el Oeste

Enseguida vamos a disfrutar de extraordinarias vistas del Valle del Ebro, en el que destaca en primer término el meandro entre Briñas y Haro, así como de las sierras riojanas más al sur, al fondo. Cercanas a nosotros, las ruinas de la conocida como ermita de Nª Sª de Toloño.

Ruinas del Monasterio, bajando del Toloño; detrás, Briñas (foto: José Ramón Alesanco)

Nos encaminamos primero hacia un vertice geodésico, pero la cumbre del Toloño queda un poco más al oeste, señalada por una cruz y un buzón montañero. Desde aquí tenemos amplísimas vistas, además de sobre La Rioja, sobre las tierras burgalesas que rodean a Miranda de Ebro, la montaña alavesa, la sierra de Cantabria, la de Codés...

Ruinas del Monasterio

Siguiendo las rodadas (foto: José Ramón Alesanco)
Descendemos hacia las ruinas de la ermita o Monasterio de Santa María de Toloño y después de admirarlas, a la vez con lástima y preocupación por su notable abandono, retrocedemos sobre nuestros pasos para volver al otro lado de una valla que antes hemos cruzado; luego tomamos una senda, marcada por rodadas de vehículos, que se dirige por nuestra izquierda en dirección noroeste.

Unos 500 m después, cuando el roquedo de nuestra derecha deja ya paso al bosque, tomamos a mano derecha una senda que desciende rápidamente por el hayedo, en el que encontramos algunos tejos.

Inicio de la senda que desciende por el hayedo
La senda al comienzo del invierno (foto: José Ramón Alesanco)

La senda acaba por llegar a una extensa zona abierta, los prados de Ortada, por los que, al otro lado de un abrevadero y una rústica corraliza, discurre una pista, que seguimos hacia nuestra derecha.

Prados de Ortada

Dejando luego a nuestra derecha un ramal que va a la cara norte del Toloño, la pista gira a la izquierda, en dirección norte.

Cara Norte del Toloño

Desvío subiendo por la derecha
Iniciamos un tramo de bajada y, unos 300 m después, podemos seguir la pista por la izquierda o abandonarla por la derecha para, ascendiendo durante 500 m, volver a la zona abierta, herbosa, con algún haya dispersa, a la que antes salimos desde el hayedo; en este caso, haremos a la inversa el camino de vuelta.

De vuelta por la senda en el hayedo
En el caso de que continuáramos por la pista, daríamos un rodeo, más cómodo, pero llegaríamos igualmente al punto en el que anteriormente se nos ofreció la posibilidad de ir hacia la ermita bien por esta misma pista, bien por la senda que elegimos.
 


Ver Toloño (desde el puerto de Ribas de Tereso) en un mapa más grande. Desde Google Maps es posible descargar un fichero .kml del recorrido. Un fichero .gpx puede ser descargado aquí.




San Millán de la Cogolla

Distancia: 12,7 km
Tiempo aprox.: 4 h y 15 min
Dificultad: media


Recorrido
Perfil
Una vez en San Millán de la Cogolla, nos alejamos del Monasterio de Yuso hacia el núcleo urbano, siguiendo en dirección noreste la calle Mayor, delimitada en su lado derecho por los restos del muro de mampostería que rodeaba el amplio recinto del Monasterio. Cuando llegamos a una esquina del muro, con un refuerzo cilíndrico, a la altura del antiguo nº 106 de la calle Mayor, giramos a mano derecha para bajar por la calle Corrales, siguiendo el muro, por encima del cual tenemos una hermosa vista del Monasterio con las cumbres de La Demanda al fondo.
Monasterio de Yuso
Nada más sobrepasar un pabellón agrícola, encontramos un poste indicador del GR-93: de frente hacia Anguiano, por la derecha hacia Ezcaray; tomamos esta última dirección e iniciamos desde aquí el recorrido.

Vamos a seguir desde ahora las marcas rojas y blancas propias del GR-93. El sendero discurre entre el muro, a nuestra derecha, y, a nuestra izquierda, la vegetación de ribera, en la que destacan chopos y nogales, que crece a la vera del cauce del río Cárdenas, que iremos remontando.
Senda pegada al muro
Cuando llevamos algo más de 1 km recorrido, perdemos la referencia del muro, pero nos mantenemos cercanos a la margen del río Cárdenas, sin desviarnos por los caminos que salen por nuestra derecha. Finalmente, giramos levemente a la izquierda para cruzar el río e iniciar un pronunciado ascenso por una ladera, cubierta de enebros, zarzamoras, rosales silvestres, aulagas y espinos albares, en cuyas alturas prosperan las encinas.
Encina en el sendero
Después de 1 km de subida, descendemos por la margen de un barranquillo, en el que abundan madreselvas, avellanos y fresnos, para volver a cruzar el Cárdenas y llegar a Lugar del Río (aprox. 3,4 km).
Lugar del Río y el fondo del Valle del Cárdenas
Allí, unos 150 m después el GR-93 gira a la derecha, en dirección a Ezcaray, pero nosotros seguimos por la carretera durante unos 500 m para, al poco de dejar a mano derecha un pabellón agrícola, tomar entonces una pista asfaltada que nace a la izquierda; apenas 100 m después, seguimos de frente, ignorando un ramal que sale por la derecha.

Ascendemos con cierto esfuerzo por la pista, para remontar a media ladera un barranco, cuyo fondo lo ocupa una orla de bosque de ribera, bien surtido de avellanos, chopos, arces y cerezos; seguimos también de frente cuando sale otra pista por la derecha.
Diversidad de vegetación en el barranco
Finalmente, son las hayas las que ocupan el barranco. Después de algo más de 1,5 km de ascenso, la pista gira fuertemente a la izquierda para cruzar el barranco (aprox. 5,8 km), suavizándose a partir de aquí.
Interior del hayedo
Seguimos esta pista principal, que empieza a bordear la parte más baja de un pinar de repoblación, ignorando las vías que por nuestra derecha se internan en el pinar; a nuestra izquierda, abundan cerezos, avellanos, tilos y arces. Hacia el noreste damos vista a Lugar del Río, San Millán de la Cogolla, el valle del Najerilla y el del Ebro, con la sierra de Cantabria al fondo.
Vista hacia atrás de la pista bajo el pinar
El pinar se acaba, flanqueado por un cortafuegos, y la pista discurre ahora por un bosque mixto de frondosas. Unos 700 m después, cuando después de una ligera subida llegamos a una zona de pastos, dejamos la pista por una sendita que sale a mano izquierda hacia el refugio "Peña el Collao", los antiguos corrales de Ortuño (aprox. 8,75 km); antes de 100 m, encontramos en la senda las señales blancas y rojas del GR-93 (etapa Anguiano – San Millán de la Cogolla), que seguiremos por nuestra izquierda.
Ganado pastando en las cercanías del refugio "Peña el Collao" (corrales de Ortuño)
Continuamos cómodamente durante aproximadamente 1 km a media ladera, encontrando sucesivamente en nuestro camino encinas, hayas y quejigos.
Más tarde, descendemos por un encinar, desde el que podremos divisar el Monasterio de Suso en la ladera de enfrente.
El Monasterio de Suso en la ladera de enfrente
Poco después, tras una zona de pinar, nos adentramos en el bosque de ribera del Cárdenas, para llegar finalmente de vuelta a San Millán de la Cogolla.
Los dos Monasterios y el pueblo


Ver San Millán de la Cogolla - Lugar del Río - Corrales de Ortuño en un mapa más grande. Desde Google Maps es posible descargar el archivo .kml. Un archivo .gpx del recorrido puede ser descargado aquí.

viernes, 30 de mayo de 2014

Lapoblación

Distancia: 6,3 km
Tiempo aprox.: 3 h
Dificultad: Baja

Recorrido
Perfil

A Lapoblación (Navarra) podemos llegar desde Logroño por la carretera que, pasando por Oyón, Yécora, Meano (el otro núcleo de población del Ayuntamiento de Lapoblación) y la misma Lapoblación, lleva hacia el Puerto de La Aldea.

De entre la trasera de la iglesia de Lapoblación (Navarra) y el frontón sale hacia el Este una calle, en cuyo comienzo encontramos un poste indicador del SL-NA-195, con sus marcas de pintura blanca y verde, que nos lleva hacia el pequeño cementerio de la localidad, a unos 350 m.

El camino, encementado, discurre bajo una ladera, a nuestra izquierda, en la que dominan los quejigos y el boj, entre los que de vez en cuando atisbamos la imponente Peña de Lapoblación, archiconocida por las gentes de gran parte de La Rioja, y particularmente de Logroño, como 'El León Dormido', que vamos a rodear, mientras que a nuestra derecha también encontramos también algunos arces, dejándonos ver amplias vistas sobre el valle del Ebro.

Hayas bajo la peña.

Desde el cementerio, seguimos hacia adelante por un camino ya de tierra; apenas 50 m después, en una bifurcación, ignoramos la senda que por la izquierda se interna en la ladera, y seguimos el camino de frente, acompañado de un tendido eléctrico a la derecha, en un ambiente ya plenamente boscoso.

Senda después del cementerio.
La senda va descendiendo y comienzan a aparecer las hayas. Cuando llevamos aproximadamente 1,5 km, se nos une por la derecha un camino encementado que viene desde la carretera. Seguimos de frente, ya decididamente en dirección norte, y unos 400 m después llegamos a un repetidor, que dejamos a nuestra izquierda, internándonos ya en el hayedo.

La senda se interna en el hayedo.
Iniciamos un giro hacia el oeste, para situarnos en la vertiente norte de la Peña, orientación claramente favorable para el hayedo. Tenemos que estar atentos porque unos 400 m después del repetidor la estrecha senda se divide: debemos tomar la de la izquierda, que asciende levemente (la de la derecha, que baja, nos dejaría tras unos 300 m en una pista que viene desde Marañón; una descolorida aspa blanca y verde en el tronco de una haya a la derecha nos avisa de que ése no es el camino).

Senda por el hayedo, poco antes del mirador.
Unos 100 m después, podemos asomarnos por la derecha para disfrutar de una hermosa vista hacia la Sierra de Codés, al este; Marañón frente a nosotros y Cabredo más a la derecha, en el valle; y más hacia el norte, la imponente Muela y Peña Arregui, sobre San Román de Campezo (en euskera Durruma Kanpezu).

Al fondo, a la izquierda, Peña Arregui y Muela; en primer término, Marañón.
Unos 200 m más allá, la senda se divide: ignoramos el ramal de la izquierda, en ligero ascenso (un árbol con una desvaída aspa blanca y verde del SL-NA-195 nos disuade), y seguimos por la derecha (otro árbol marcado, ahora con las líneas blanca y verde paralelas, nos asegura que vamos correctamente). Unos 300 m más adelante, llegamos a una senda más ancha, en la que encontramos un panel explicativo del hayedo y las señales del SL-NA-195.

Encuentro con la pista.
Unos 400 m más allá, seguimos por la izquierda, ascendiendo levemente. Seguimos durante casi 1 km más, hasta que llegamos a una nueva bifurcación, en la que ignoramos el ramal que sube por la izquierda, y salimos por la derecha a una zona un poco más abierta, en la que aparecen pinos, que se mezclan con robles y hayas.

Continuamos durante aproximadamente 1 km hasta llegar a un amplio espacio de encuentro con una pista que sube desde la carretera; aquí giramos a la izquierda, atendiendo a la señal del SL-NA 195 que nos indica la dirección a Lapoblación, a 20 minutos, orientándonos hacia la 'cabeza del león'.

La 'cabeza del león'.

Ascendemos ahora por una senda pedregosa, pronto dominada por el boj. Si volvemos la vista atrás, hacia el oeste, distinguimos en primer término el cresterío de Peña Alta, y más allá el resto de la Sierra de Cantabria.

Vista hacia Peña Alta y la Sierra de Cantabria.
Muy pronto llegamos a un depósito de agua. Disfrutamos de amplísimas vistas hacia el sur, que comienzan con los campos de cereal que se extienden hacia Yécora y un poco más allá, Oyón y Logroño.

Vista hacia el Sur.
Avistamos ya Lapoblación y sólo nos queda seguir el camino que tras apenas 500 m nos devuelve al punto de inicio de nuestra ruta.



Ver Lapoblación en un mapa más grande; desde Google Maps es posible descargar el archivo .kml.

Un archivo .gpx del recorrido puede ser descargado aquí.