martes, 23 de mayo de 2017

Arroyo Usaya

Distancia: 10 km
Tiempo aprox.: 5 h
Dificultad: media


Recorrido
Perfil

Desde Ezcaray, tomamos la carretera LR-415 hacia las aldeas, cruzando el puente sobre el río Oja. Tras poco más de 7 km, llegamos a Azárrulla, que dejamos a nuestra izquierda, continuando por la carretera hasta sobrepasar la señal de tráfico que indica que hemos salido del casco urbano de la aldea; a unos 150 m encontramos a nuestra izquierda un amplio espacio donde podemos aparcar el coche, al lado de unos contenedores y unos paneles informativos.

Comenzamos a caminar por una pista en dirección sur, opuesta a la entrada a la aldea y paralelamente a la carretera; atravesamos de inmediato un paso canadiense. A la altura en que la carretera salva el río por el puente de Herma, la pista gira hacia la izquierda y, en ascenso continuado, comienza a adentrarse en el barranco del arroyo Usaya; enseguida dejamos a la derecha un ramal que baja hacia el arroyo. Cuando llevamos unos 800 m, dejamos a nuestra izquierda una pista que, retrocediendo, asciende hacia un colladito, y seguimos de frente.


Comienzo de la senda


A nuestra izquierda, la ladera está dominada por los arbustos y el matorral.

A nuestra derecha, al amparo de la frescura del arroyo, predomina el arbolado (fresnos, avellanos, arces, chopos, nogales, cerezos, espinos albares...); en la parte baja, algunos prados.

En la parte alta de la ladera opuesta, una mancha de hayedo.

Más adelante, el arbolado puebla ambas laderas.


Perspectiva hacia la cabecera del barranco

Finalmente, cuando llevamos unos 2 km de cómoda andadura, la pista se interna en un precioso hayedo, que domina sobre todo la margen izquierda del arroyo Usaya, el cual iremos cruzando sucesiva y alternativamente de una margen a la otra a través de siete rústicos puentecillos.



Arroyo Usaya discurriendo por el interior del hayedo

Senda que remonta el arroyo por el interior del hayedo

Poco antes del quinto puentecillo, en lo alto de la ladera a nuestra izquierda aparece un pinar de repoblación.

Entre el quinto y el sexto puentecillos podremos descubrir un buen número de ejemplares de serbal de cazadores.


Tras cruzar el séptimo puentecillo, debemos prestar atención para no dejarnos tentar por el arranque de la cómoda pista que parece ofrecérsenos para que la sigamos, abandonándola en cambio casi de inmediato por una sendita que sale a nuestra izquierda, cuyo arranque está marcado por un hito de piedras y unas desvaídas marcas de pintura blanca y amarilla en el tronco de un haya, marcas que iremos siguiendo, para continuar remontando el arroyo Usaya.


Uno de los puentecillos.
La sendita afronta unas empinadas revueltas por el hayedo. Encontramos una señal que indica solana de Usaya hacia la izquierda y Altuzarra hacia la derecha; seguimos la indicación de la solana. La sendita se suaviza al entrar en un pinar de repoblación aterrazado. Cruzamos por última vez el arroyo, ya sin puentecillo, y continuamos por el pinar que domina esta zona de la solana.


El pinar en la solana
Llegamos a un área aclarada del pinar; buscamos una estaca que marca el arranque o continuación de la sendita, unas pocas terrazas más abajo, señalada luego con marcas de pintura blanca y amarilla en los troncos de los pinos.

Vista desde la solana de Usaya

La sendita desciende para salir pronto del pinar y entrar en una zona de la solana dominada ahora por el matorral (aulagas, escobas, rosales silvestres...), por la que llaneamos.









Volviendo la vista atrás, apreciamos la cabecera del barranco, así como la cara oeste del pico San Lorenzo, con el corte de la carretera que asciende al collado de Tres Cruces.

Enfrente, la umbría de Usaya.


Cabecera del barranco desde la solana

Pinos y hayas en la umbría de Usaya, vista desde la solana


Caminando por la solana

Hacia el colladito


Llegados a un colladito, encontramos una pista que gira a la izquierda; podemos seguirla, porque nos llevaría al encuentro de aquella por la que iniciamos el recorrido, o abandonarla en la misma curva orientándonos en dirección hacia la carretera, en cuyo caso llegaremos al paso canadiense del comienzo de nuestro recorrido.


Mapa del recorrido



Ver el mapa de Arroyo Usaya más grande en Google Maps.

Un archivo .gpx del recorrido puede ser descargado aquí.



martes, 16 de mayo de 2017

De Sotés al Larrea

Distancia; 7,1 km
Tiempo aprox.: 3 h
Dificultad: media

Recorrido
Perfil
Llegamos a Sotés desde la A-12 (N-120) por la LR-342 y luego la LR-442. Al llegar al pueblo, cruzamos la carretera que viene de Ventosa y lleva a Hornos de Moncalvillo, y atravesamos Sotés longitudinalmente de N a S por la calle Conde de Garay, siguiendo luego unos 400 m por un camino ancho asfaltado hasta llegar a la altura de la urbanización Moncalvillo, enfrente de un camino que sale por la izquierda.

Ya a pie, en la primera bifurcación abandonamos el camino principal y tomamos el de la derecha, entre olivos y viñas. Dejamos a la izquierda una antena y el camino describe una curva, orientándose al oeste; pronto se interna en una zona más arbolada y comienzan a aparecer algunos robles rebollos. A lo lejos, el monte aparece dominado primero por el robledal y luego por el pinar.

De camino hacia el monte
Dejamos a nuestra derecha un cortafuegos y el camino comienza a empinarse. Llegamos a un cruce de pistas y seguimos de frente, subiendo con esfuerzo hasta alcanzar el km 2.

Subida entre rebollos
Conforme vamos ascendiendo, van apareciendo los pinos; hacia el norte se nos ofrecen vistas de la Dehesa de Navarrete, el valle del Ebro y la Sierra de Cantabria.

La Dehesa de Navarrete; detrás, la Sierra de Cantabria
Por nuestra derecha se nos une otra pista, que viene remontando también el Barranco del Hayedo; continuamos por la izquierda, siguiendo la cómoda pista que ahora bordea el pinar, a nuestra izquierda; a la derecha, una planicie de aspecto adehesado, salpicada de rebollos y algún pino, nos deja ver a lo lejos la Sierra de La Demanda.

Vista hacia el San Lorenzo
Cruzamos una valla, seguimos la pista y llegamos por fin al Larrea (1031 m). Tenemos desde aquí amplias vistas hacia Moncalvillo y La Demanda, así como hacia el valle del Najerilla. Girando a la izquierda, cruzamos una valla a la altura de una caseta de aguas, desechando el cortafuegos que se precipita por la derecha bordeando el bosque. La pista va dejando a la izquierda el Barranco de las Alías.

Vista hacia Moncalvillo
En la siguiente bifurcación, el ramal de la izquierda lleva a un cortafuegos; seguimos la pista por la derecha, iniciando el descenso entre pinos, algunos rebollos y algún tejo.

Pista entre pinos y rebollos
Después de una curva, la pista se encuentra con otra que viene por la derecha; continuamos por la izquierda y poco después dejamos, también a la izquierda, el anterior cortafuegos. Volvemos a tener vistas, hacia el sur, de la Dehesa de Navarrete, el valle del Ebro y la Sierra de Cantabria.

Luego, ya saliendo del bosque, un camino que lo bordea se nos une por la derecha; seguimos de frente por la pista principal, hacia unos depósitos de agua. Enseguida llegamos al punto de inicio.



Ver De Sotés al Larrea en un mapa más grande. Desde Google Maps es posible descargar el fichero .kml del recorrido.

Dehesa de Navarrete

Distancia: 9,3 km
Tiempo aprox.: 3 h
Dificultad: escasa
Recorrido
Perfil
Para encontrar el punto de inicio de este paseo, tenemos que dejar la autovía A-12 y tomar el antiguo trazado de la N-120, en dirección hacia Nájera y Burgos; enfrente del cementerio de Navarrete sale un camino (asfaltado) que cruza luego bajo la A-12 y, tras hacer un giro de 90º a la izquierda, nos deja al lado de un pabellón agrícola.
Viñedo lindando con la Dehesa
Iniciamos nuestro camino orientándonos hacia el oeste, y, nada más empezar, tomamos el camino de la izquierda, que se adentra en un pequeño carrascal. Los árboles no tienen gran desarrollo y se encuentran separados, permitiendo la existencia de abundante matorral, formado sobre todo por enebros, coscoja, biércol y alguna mata de torvisco. Varios quejigos salpican el carrascal, hoy de reducidas dimensiones, que en tiempos cubría los alrededores de la Dehesa; su lugar ha sido ocupado por numerosas tierras de labor, como la zona de viñedo que se extiende a la derecha del camino.
Carrascas en el inicio de la ruta
Tras los viñedos, a nuestra derecha, destacan el relieve de la Sierra de Cantabria, el León Dormido y la Sierra de Codés.
Vista hacia el N, con el León Dormido y Codés.
Apenas recorridos 600 m, a la izquierda dejamos un cortafuegos, tras el que comienzan las repoblaciones de pinos entre carrascas y quejigos. A medida que vamos ascendiendo, la carrasca se hace más escasa, cediendo paso al quejigo, que empieza a dominar en la ladera.
Pista entre carrascas y quejigos
El camino abandona el terreno cultivado y se adentra hacia la izquierda en el arbolado, en las proximidades de una pequeña casa. Pasamos bajo algunos quejigos con matorral a base de jaras, aligustre y lavandas. Un camino sale por la izquierda; seguimos recto, en dirección norte. Atravesamos una zona deforestada con abundante jara, dejando a la derecha el camino que bordea una repoblación de pino carrasco que se adentra en el viñedo. Los bordes del sendero se encuentran salpicados de abundante coscoja y de lentisco, arbustillo de 1-2 metros, de hojas compuestas y típicos frutos rojizos. Desde el camino, ahora de poca pendiente, tenemos amplias vistas sobre Navarrete y el Valle del Ebro.

Tras una zona con grandes matas de brezo, se llega a un amplio cortafuegos; lo atravesamos y tomamos por la izquierda la pista que discurre, paralela al cortafuegos, al otro lado. La vegetación que nos rodea está constituida sobre todo por quejigos y pinos de repoblación, entre los que distinguimos dos especies claramente diferentes: el pino marítimo o rodeno, con grandes piñas de escamas puntiagudas, y el pino laricio, con piñas pequeñas y escamas planas.

Dejamos una senda a la izquierda, que cruza el cortafuegos, luego otra que se adentra en el pinar, y seguimos por el camino que va serpenteando por la ladera. Si el suelo está húmedo, debido a su naturaleza arcillosa, no será difícil encontrar rastros de animales, sobre todo mamíferos, que a causa de sus hábitos nocturnos, rara vez sorprenderíamos durante el día. En este tramo podemos encontrar también alguna planta interesante, como el serbal silvestre, arbolillo de frutos comestibles, que destaca entre el uniforme tapiz de quejigos y pinos que recubren las laderas.

El camino finalmente acaba en un cortafuegos (km 4,5); ascendemos por él unos 200 metros y llegamos a la cumbre de la Dehesa, señalada por un mojón de cemento. Desde aquí contemplamos una amplia panorámica sobre el Najerilla y el Valle del Ebro: hacia el norte vemos el Ebro y Cenicero bajo Toloño y la Sierra de Cantabria; hacia el oeste, Uruñuela y a su izquierda Huércanos; tras ellos, Nájera y el cauce del Najerilla, orlado por extensas choperas. En la Demanda destaca el San Lorenzo, y hacia el sur aparecen las estribaciones de la Sierra de Moncalvillo. Las laderas de la Dehesa, en principio, muy pronunciadas y cubiertas de coscoja, van descendiendo suavemente hasta el Najerilla. Algunos árboles aislados que bordean los cultivos nos dan una idea del extenso carrascal que cubría el valle.
Vistas hacia el Najerilla, con La Demanda a lo lejos.
Desde la cima tomamos un camino que por la izquierda se adentra entre la vegetación; aquí el quejigo escasea, siendo sustituido por otro roble, el rebollo, caracterizado por sus hojas peludas y lobuladas. Entre los quejigos destacan las terrazas de repoblación, haciéndose visibles en ocasiones Fuenmayor y Navarrete.
Camino por la izquierda desde el mojón.
Llegamos a un cortafuegos y descendemos por él, hasta que nos salimos por la izquierda por una senda, que nos lleva a la pista por la que antes subimos.
Descenso por el cortafuegos.
Giramos a la derecha para recorrer ahora la pista en sentido inverso, volvemos luego a cruzar el cortafuegos, tomamos la pista de la izquierda, por la que hace un rato transitamos, y tras atravesar otra vez la zona sin arbolado cubierta de jaras, en la bifurcación giramos a la izquierda para bordear un pinar de repoblación que se adentra en las viñas. Atravesando el viñedo y girando luego a la derecha, llegamos finalmente al pabellón donde comenzó nuestro paseo.

Ver Dehesa de Navarrete en un mapa más grande; desde Google Maps es posible descargar el archivo .kml. Un archivo .gpx del recorrido puede ser descargado aquí.

viernes, 7 de abril de 2017

Ermita de San Pedro (Torrecilla en Cameros)

Ermita de San Pedro (Torrecilla en Cameros)

Distancia: 7 km

Tiempo aproximado: 3 h

Dificultad: baja


Recorrido
Perfil



Llegamos desde Logroño a Torrecilla en Cameros por la N-111 y entramos en el pueblo siguiendo la carretera más ancha, no la que, entre árboles, va por abajo y por la izquierda; unos 800 m después, encontramos a mano izquierda un amplio aparcamiento. Estamos en el barrio de El Campillo, uno de los tres de Torrecilla en Cameros.

Desde el aparcamiento, tomando la dirección suroeste, opuesta a por donde hemos llegado, una empinada calle entre las casas que conforman el barrio de El Campillo nos lleva pronto a dejar a nuestra izquierda, junto a las últimas casas, la ermita de Santa Águeda.

Continuamos por un camino, al principio asfaltado, que va ascendiendo poco a poco.

A la altura de unos pabellones ganaderos, ignoramos un camino menos ancho que sale por la derecha; poco después, dejamos a la derecha un feo vertedero. Encontramos alguna estaca que señaliza el sendero de la ermita de San Pedro, pero ahora seguiremos por el ancho camino, en continua y cómoda ascensión; cruzamos un paso canadiense. Volviendo la vista atrás, vemos Torrecilla en Cameros, a su izquierda, más alto, Nestares, enfrente el abrupto roquedo y a la derecha, en lo alto, Rivabellosa.


Vista de Torrecilla en Cameros

A nuestra izquierda, la ladera del cerro del Carrascal, poblada por boj y encinas. Cuando llevamos aproximadamente 1,5 km, dejamos a la izquierda un ramal del camino que nos llevaría tras 1 km a la ermita, y continuamos ascendiendo por el Camino de los Arrieros; en una próxima bifurcación, seguimos por la izquierda, obviando el ramal que lleva por la derecha hacia un encinar.


Ladera poblado de boj y encinas

Después de un tramo más empinado y pedregoso, hacia el km 2,5 dejamos la pista por la izquierda, siguiendo unas tenues rodadas que cruzan una pequeña explanada, hacia la zona más boscosa que cubre la margen derecha del arroyo San Pedro, que baja de las alturas de Gamellones.

Explanada hacia el arroyo San Pedro
Unos 500 m después, la senda cruza el arroyo y nos adentra brevemente en un quejigar.

El quejigar en invierno

En una curva a izquierda, justo unos metros antes de un abrevadero, tomamos una sendita un poco difusa que desciende por la izquierda para acercarnos de nuevo al arroyo San Pedro -que poco más tarde recibirá las aguas del Riojales- entre rosales silvestres, enebros, aulagas, endrinos y otros arbustos; las laderas, la de la izquierda con un bonito roquedo en lo alto, están pobladas de quejigos.


Senda de descenso hacia la ermita

Tras 1 km de rápido descenso en dirección S, nos aproximamos a la ermita de San Pedro (km 4); en un claro, vencemos la tentación de irnos a la izquierda buscando el arroyo y seguimos de frente para reencontrar la senda, que enseguida nos lleva a cruzar un paso de hombre para entrar en el recinto vallado que rodea la ermita.


Ermita de San Pedro
Luego de disfrutar del entorno de la ermita románica, acondicionado con asadores y mesas, subimos por unas escaleritas y de frente nos encontramos con una ancha pista, que bordea una mancha de encinar; bajamos sin embargo por la derecha para cruzar el arroyo San Pedro y tomar una senda que se interna entre quejigos y una mezcla de frondosas (arces, avellanos, etc.), siguiendo por la margen derecha del arroyo.


Senda por la margen derecha del arroyo San Pedro
A unos 600 m, cuando el arroyo San Pedro va a recibir las aguas del de la Chorrera, dejamos la senda por la que venimos, para tomar una sendita que sale por la izquierda (hay un poste indicador del sendero de la ermita), que nos llevará de vuelta a Torrecilla en Cameros.

Caminamos primero con la ladera S del cerro del Carrascal a nuestra izquierda y con un bosque mixto de frondosas a nuestra derecha.

Cruzamos una puerta metálica y nos aproximamos al pueblo, entre huertos, siguiendo una acequia de riego.

Dejamos finalmente a nuestra izquierda la ermita de San Antón y llegamos al núcleo urbano, entrando nuevamente en el barrio de El Campillo.

Ver el mapa del recorrido.



Un archivo .gpx con el recorrido puede ser descargado aquí.